Second Life es un MMOG, o juego online multijugador masivo (‘massively-multiplayer online game’). Pero también es mucho más que un juego. En Second Life no hay misión, no hay orcos que degollar ni zombies que ametrallar. A cambio, hay dinero, negocios, juegos, cultura y sexo. Cualquiera puede hacerse ciudadano de Second Life gratis; basta con registrarse en su página web, descargar e instalar el programa.
Los ‘dólares Linden’ (L$) son la moneda oficial en Second Life. El cambio está a 300 L$ por un dólar americano. Comprar un terreno de 512 m2 virtuales cuesta al cambio unos pocos dólares, además de una pequeña cuota mensual por su uso. Para los más pudientes, una isla entera sale por 375.000 L$, unos 1.250 dólares.
Un recién llegado con dinero real sólo tiene que cambiarlo por  ‘dólares Linden’, y podrá comprar no sólo un terreno y una casa, sino todos los muebles y un completo guardarropa. El problema no está en gastar dinero, sino en cómo ganarlo.
Medios de comunicación como la Ser o el PaÃs ya se encuentran en esta metaverso. El PaÃs tiene un quiosco abierto en el mundo virtual por CiberpaÃs, el suplemento de internet y nuevas tecnologÃas del diario. También se incluyen dentro de este mundo virtual la organización periodÃstica Reuters informando sobre noticias, eventos etc pero de este mundo ficticio.
Encontramos ya muchas empresas e instituciones ya presentes en el universo virtual para promocionar sus productos y estrategias.
Como caso a analizar es el de otro famoso personaje de Second Life, Anshe Chung, una profesora de lengua nacida en China que vive en Frankfurt. Chung tiene un negocio inmobiliario. Compra parcelas de terreno a bajo precio, construye en ellas apartamentos, complejos de vacaciones o mansiones, y luego vende o alquila a precios más altos. Lo que ocurre es que su negocio está en Second Life, y tanto los terrenos como las casas son sólo pÃxeles en una pantalla. La fortuna de Chung se estima en 75 millones de ‘dólares Linden’, unos 250.000 dólares contantes y sonantes. Su empresa virtual tiene 17 empleados reales, repartidos entre EEUU y China.
Estamos ante un nuevo concepto de economÃa y marketing online del que habrá que estar pendiente.
Fuente: periodistas21.com – consumer.esSecond Life es un MMOG, o juego online multijugador masivo (‘massively-multiplayer online game’). Pero también es mucho más que un juego. En Second Life no hay misión, no hay orcos que degollar ni zombies que ametrallar. A cambio, hay dinero, negocios, juegos, cultura y sexo. Cualquiera puede hacerse ciudadano de Second Life gratis. Basta con registrarse en su página web, descargar e instalar el programa.
Los ‘dólares Linden’ (L$) son la moneda oficial en Second Life. El cambio está a 300 L$ por un dólar americano. Comprar un terreno de 512 m2 virtuales cuesta al cambio unos pocos dólares, además de una pequeña cuota mensual por su uso. Para los más pudientes, una isla entera sale por 375.000 L$, unos 1.250 dólares.

Second Life
Un recién llegado con dinero real “lo tiene que cambiar” por ‘dólares Linden’, y podrá comprar no sólo un terreno y una casa, sino todos los muebles y un completo guardarropa. El problema no está en gastar dinero, sino en cómo ganarlo.
Medios de comunicación como la Ser o el País ya se encuentran en esta metaverso. El País tiene un quiosco abierto en el mundo virtual por Ciberpaís, el suplemento de Internet y nuevas tecnologías del diario. También se incluyen dentro de este mundo virtual la organización periodística Reuters informando sobre noticias, eventos, etc. pero de este mundo ficticio.
Encontramos ya muchas empresas e instituciones ya presentes en el universo virtual para promocionar sus productos y estrategias.
Como caso a analizar es el de otro famoso personaje de Second Life, Anshe Chung, una profesora de lengua nacida en China que vive en Frankfurt. Chung tiene un negocio inmobiliario. Compra parcelas de terreno a bajo precio, construye en ellas apartamentos, complejos de vacaciones o mansiones, y luego vende o alquila a precios más altos. Lo que ocurre es que su negocio está en Second Life, y tanto los terrenos como las casas son sólo pixeles en una pantalla. La fortuna de Chung se estima en 75 millones de ‘dólares Linden’, unos 250.000 dólares contantes y sonantes. Su empresa virtual tiene 17 empleados reales, repartidos entre EEUU y China.
Estamos ante un nuevo concepto de economía y marketing online del que habrá que estar pendiente.
Fuente: periodistas21.com – consumer.es